Si pensamos en una ducha de cine, sin duda casi todo el mundo pensamos en la misma. En aquella que Hitchcock filmó allá por 1960 y que nos puso los pelos como escarpias gracias al saber hacer del maestro del suspense con el montaje y la música. Pero como este no es un blog de cine, no seguiremos hablando de la escena, sino de esta genial cortina que nos rememora aquel momento en el que Norman Bates se acercaba a la ducha de Lila Crane (aunque aquí vaya vestido con su traje, aparentemente, y no con el de la madre. Pero la referencia es evidente):
Tiene unas medidas de 177x182cm y está fabricada en vinilo. Como decíamos, la referencia es obvia y genial para rememorar una de las escenas más famosas del cine, una vez que todo el mundo ya conoce la realidad sobre la personalidad del asesino del motel Bates.
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